Dos meses han pasado desde la instauración de Madrid Central y la polémica sigue encima de la mesa. ¿Apoyan las cifras de emisiones esta medida medioambiental?
En su puesta en marcha, la iniciativa Madrid Central fue presentada como la primera de las medidas del Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático. En palabras del Ayuntamiento, esta zona de bajas emisiones (que finalmente entró en vigor el 30 de noviembre de 2018) estaba ideada para dar prioridad a los peatones, las bicis y el transporte público y conseguir un ambiente más limpio y menos ruidoso.
Tras dos meses y medio en acción, el plan impulsado por el gobierno de Manuela Carmena sigue enfrentándose al rechazo de la mayor parte de los comerciantes y empresas que han visto en serio peligro su actividad. ¿Qué dicen las cifras al respecto? ¿De verdad se han reducido las emisiones de dióxido de nitrógeno?
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Madrid Central: el balance oficial
El propio gobierno local hizo el primer balance de la efectividad de esta zona de bajas emisiones al mes de su entrada en funcionamiento. Según las cifras proporcionadas por los propios servicios públicos de la ciudad, durante el mes de diciembre (el primero de Madrid Central) el número de usuarios que utilizaron el transporte urbano aumentó en más de un millón de personas respecto al año anterior.
Según los mismos datos, la Empresa Municipal de Transportes (EMT) cerró enero con la mejor cifra de la última década, aumentando su presencia no solo en las zonas delimitadas sino en todo el conjunto. Según estimaciones, al menos el 2% de este incremento de usuarios se debe a Madrid Central.
No solo eso. La medida anticontaminación también consiguió en este periodo una notable reducción del tráfico en la zona de la ciudad que delimita (Palacio, Embajadores, Cortes, Justicia, Universidad y Sol). En consecuencia, las cifras muestran una disminución en la emisión de gases de efecto invernadero, así como en el ruido y en el volumen de circulación.
Los datos oficiosos de Madrid Central
Han mejorado las cifras de uso del transporte público, de la matriculación y conducción de vehículos cero emisiones y la contaminación en general en la zona centro. Pero lo cierto es que estos beneficios no se han extendido al resto de la ciudad tal y como se había pensado en un primer momento. Mientras las restricciones dejan limpios los barrios delimitados, la contaminación ha aumentado en las calles y distritos limítrofes como Moncloa.
No solo eso. Comerciantes y empresarios mantienen sus quejas y peticiones al Consistorio para frenar la evolución de una medida que encuentran injusta y mal planteada. En este sentido, han aprovechado las mesas de seguimiento del plan para solicitar un aumento en los plazos de adaptación a Madrid Central, para tener tiempo suficiente para renovar todas sus flotas de vehículos a las nuevas exigencias medioambientales y cumplir con las normativas contra el cambio climático.