Un informe realizado por la consultora Price Waterhouse Coopers (PwC) ofrece una nueva perspectiva sobre el futuro de los camiones eléctricos y con pila de combustible de hidrógeno, asegurando que pasándose al camión eléctrico, los camioneros podrán ahorrar hasta 25.000 euros al año. ¿Quieres saber cómo?
Tabla de contenidos
25.000 euros de ahorro por camión al año
Los autores del estudio, titulado The dawn of the electrified truck: the routes to the carbon-free commercial vehicle (El amanecer del camión electrificado: los caminos hacia el vehículo comercial de 0 emisiones), afirman que actualmente estamos viviendo una transición en la movilidad y el transporte por carretera que está “acelerándose increíblemente rápido”, y que va a hacer que en sólo unos años no sólo sea rentable adquirir camiones con 0 emisiones, sino que además eso permita importantes ahorros en costes para los transportistas.
Incluso pensando a corto plazo, hay que considerar que sólo con la entrada en vigor de la nueva normativa europea sobre peajes, a partir de mayo de 2023 eso supondrá una reducción del 50% para camiones eléctricos.
Esta medida, por sí sola, permitirá un ahorro de hasta 25.000 euros por camión al año para empresas logísticas y camioneros que usen camiones propulsados con motores eléctricos. Pero más allá de las bonificaciones y ayudas al uso de este tipo de vehículos, hay que tener en cuenta otros factores que aumentarán su rentabilidad en los próximos años, con el horizonte puesto en el año 2035.
En 2035, los camiones eléctricos dominarán el transporte de mercancías
El estudio subraya que a medida que los Estados incentiven la producción, compra y uso de vehículos eléctricos o de pila de combustible para conseguir sus objetivos de reducción de emisiones, y que los fabricantes de vehículos más contaminantes -en especial de camiones- se enfrenten a más y más sanciones debido a los cada vez más estrictos límites de emisiones de CO2, todo apunta a que los camiones eléctricos dominarán el transporte de mercancías por carretera en los países más desarrollados en menos de 15 años.
Para un plazo tan cercano como el año 2030, el informe prevé que los vehículos de cero emisiones (ZEV, en inglés) propulsados por baterías o por celdas de combustible de hidrógeno supondrán ya al menos un tercio de todos los camiones que circularán por Europa, Norteamérica y China. En 2035 -sólo 5 años después- el informe de PwC prevé que ese porcentaje se haya disparado hasta el 70%.
Esta tendencia hacia el uso creciente de camiones eléctricos y a base de hidrógeno se verá impulsada -entre otras razones- por una combinación de una creciente regulación contraria a las emisiones, con una disminución progresiva del coste total de propiedad (TCO, en inglés) para los ZEV; a esto hay que sumar la bajada del precio de la energía y una cada vez más fuerte demanda social para reducir las emisiones contaminantes.
2 de cada 3 camiones será de 0 emisiones
Con esta tendencia, el informe elaborado por PwC anticipa que la producción de camiones pesados propulsados por electricidad o hidrógeno alcance para 2030 las 130.000 unidades, frente a 322.000 camiones de gran tonelaje que usarán combustible diésel. Para 2035 sin embargo, la balanza se habrá revertido y la producción de estos últimos no pasará de las 115.000 unidades, frente a 280.000 camiones eléctricos y 75.000 de pila de hidrógeno: es decir, 2 de cada 3 camiones pesados nuevos que salgan al mercado serán de 0 emisiones.
Para lograr este objetivo, sin embargo, es fundamental que se creen paralelamente y al mismo ritmo las infraestructuras necesarias tanto para recargar las baterías como para repostar el hidrógeno. El informe calcula que sólo en Europa se necesitará una inversión de aquí a 2035 de -como mínimo- 36.000 millones de euros, para crear toda una red transeuropea de estaciones de recarga eléctrica y repostaje de hidrógeno que garantice el suministro.
Poco futuro para los combustibles sintéticos
Factores como la guerra en Ucrania no han hecho sino acelerar esta transformación, en una Europa donde los Estados están redefiniendo por completo sus políticas energéticas no sólo para alcanzar sus objetivos de reducir emisiones, sino sobre todo para depender menos de combustibles fósiles.
Es, por tanto, factible que la incertidumbre geopolítica acelere aún más el tránsito hacia tecnologías de transporte alejadas del diésel y del motor de combustión convencional, haciendo que las tecnologías de 0 emisiones sean cada vez más rentables y competitivas.
Respecto al uso de los llamados e-fuels o combustibles sintéticos, los expertos que han elaborado el informe de PwC no consideran que puedan convertirse en una alternativa; para ello, hacen hincapié en la gran cantidad de energía que se requiere para producirlos, que para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones necesitaría además paralelamente de grandes inversiones en renovables para poder producir estos combustibles a gran escala, sin aumentar al mismo tiempo las emisiones de CO2.
Cuestión de ahorro: las ventajas de usar un camión eléctrico
Para el sector del transporte, la transición hacia las tecnologías de cero emisiones es una cuestión de costes, y de rentabilidad: es decir, de cuánto cuesta por kilómetro transportar la mercancía de un punto a otro. Para analizar la relación coste-beneficio de que las empresas de transporte y los camioneros se pasen a un camión eléctrico o de 0 emisiones, PwC tuvo en cuenta en su estudio cuatro grandes factores que afectan al antes mencionado coste total de propiedad (TCO).
Estos cuatro factores clave usados por PwC en su estudio fueron:
- Coste de la compra de un nuevo camión.
- Devaluación del vehículo con el tiempo.
- Costes de mantenimiento.
- Coste de la energía (diésel, electricidad o hidrógeno).
El último factor incluye el coste del combustible diésel y de sus correspondientes impuestos, así como del AdBlue, en el caso de los camiones con motores de combustión tradicional; para los eléctricos y con pila de combustible, se tuvo en cuenta el coste de la recarga eléctrica y del hidrógeno.
Es cierto que cuando hablamos de comprar un nuevo camión de cero emisiones, hoy día existen importantes diferencias en el precio de adquisición, que el estudio considera que se mantendrán al menos durante los próximos años.
Así, mientras que para un camión pesado para transporte a larga distancia el precio medio de compra de un camión diésel se calcula en 109.000 € para 2025, en el caso de un camión eléctrico ascendería a 223.000 € de media, mientras que uno con pila de hidrógeno costaría para entonces unos 230.000 € por término medio.
Para 2030, los camiones eléctricos ya serán más rentables que los diésel
No obstante, cuando se tienen en cuenta todos los factores, el informe asegura que a partir de 2025 el TCO de los camiones eléctricos será más ventajoso que el de los que sigan usando diésel debido a la reducción del precio de compra por la progresiva bajada del coste de las baterías. Ese punto en el que el coste total de propiedad (TCO) supere al de los camiones diésel llegaría, en el caso de los que usen celdas de hidrógeno, para el año 2030.
Para 2030, los expertos que han elaborado el estudio prevén que el TCO de los camiones eléctricos sea ya un 30% menor que el de los diésel, haciendo que los primeros sean más rentables. Incluso considerando un escenario de precios energéticos elevados (1,6€/litro para el diésel, 0,28€/kWh para la electricidad, y 6,2€/kg para el hidrógeno), el coste del transporte de mercancías por carretera sería, de media, de 0,73€ por kilómetro y año para el camión con motor diésel, frente a los 0,54€ del camión eléctrico y los 0,71 € del camión con pila de hidrógeno.
Estas diferencias crecientes en los costes de adquisición y mantenimiento del camión además de en el precio de los combustibles y el transporte, junto con las normativas de la UE que obligan al sector del transporte a reducir sus emisiones de CO2 en al menos un 30% para 2030, harán que los camioneros que se pasen al camión eléctrico puedan ahorrar miles de euros al año, por lo que los transportistas que sigan usando motores diésel irán perdiendo rentabilidad. Es el futuro: los camiones de 0 emisiones acabarán imponiéndose en el mercado.