El nuevo alcalde madrileño llegó y paralizó Madrid Central. Pero la justicia española y europea le han obligado a retomarlo. ¿Qué pasará después del verano?
Fue cuestión de una semana, pero qué semana. La llegada del PP y de José Luis Martínez-Almeida a la alcaldía de la capital madrileña supuso la paralización momentánea del sistema anticontaminación puesto en marcha por la anterior regidora, Manuela Carmena. Y las consecuencias no se hicieron esperar: más tráfico, muchos más atascos y, lo más importante, una vuelta a los altos niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). Así, la primera semana de julio en pleno centro madrileño fue una tortura y una odisea para ciudadanos y conductores habituales que veían cómo un proyecto beneficioso para la salud de la ciudad (aunque en pleno proceso de mejora) se venía abajo como un castillo de naipes.
Un juez obligó a la reactivación de Madrid Central y la Comisión Europea puso sobre la mesa las consecuencias legales y medioambientales que tendría su anulación. Estas son las previsiones hasta la “vuelta al cole”.
El futuro de Madrid Central después de agosto
La idea del equipo de Martínez-Almeida era paralizar la zona de bajas emisiones y su sistema de multas desde el 1 de julio al 30 de septiembre para estudiar todas sus posibilidades y alternativas. El primer día de esta moratoria, ese lunes 1 de julio, el caos inesperado que se desató tanto en el centro de la ciudad como en la M-30 desató las quejas, las críticas y las denuncias tanto de los grupos ecologistas como de ciudadanos y empresarios que, de primeras, tampoco habían confiado en Madrid Central.
Era la primera vez que una capital mundial daba marcha atrás en una medida de tales características, creada para cumplir con los objetivos de reducción de emisiones exigidos por Europa. Las consecuencias no se hicieron esperar y este es el panorama actual:
- Justicia española. El juzgado 24 de lo Contencioso Administrativo de Madrid obligó al gobierno local a retomar el área de bajas emisiones y su sistema de sanciones tras una denuncia de Ecologistas en Acción –Greenpeace. La explicación de motivos era muy sencilla: la moratoria de las sanciones suponía un peligro inminente para todos los madrileños.
- Justicia europea. La suspensión de Madrid Central puso en alerta a la Comisión Europea, quien mantenía en pausa un expediente sancionador contra la capital española por el incumplimiento reiterado de los límites de emisiones contaminantes desde 2010. Ante los problemas de esta primera semana de julio, el organismo llevó el caso madrileño ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La decisión del PP fue, entonces, un detonante para la denuncia.
- Gobierno local. Los primeros intentos para llegar a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas han sido un fracaso. En cualquier caso, el primer pleno del Ayuntamiento ha aprobado el mantenimiento de este sistema de bajas emisiones contaminantes impulsado por Más Madrid.
- Ciudadanos. A pesar de las reticencias y la confusión iniciales, el balance de Madrid Central ha mostrado su efectividad en la lucha contra la contaminación. Por esta razón, son muchos los ciudadanos y empresarios que quieren mejorar sus condiciones y conseguir que este sistema resulte equilibrado para todas las partes implicadas.
¿Será este el capítulo final de Madrid Central?