La logística, tal y como la entendemos hoy en día, es una de las claves de la productividad y la competitividad de las empresas. Sin una cadena bien engrasada (por ineficiencia, lentitud, malos productos, etc.) al negocio no le saldrán las cuentas. Como consecuencia, todo el proceso, desde la producción hasta la gestión de los transportes, se convierte en fundamental a la hora de ofrecer una ventaja competitiva respecto al resto de empresas de similares características.
El objetivo principal es la satisfacción plena del cliente, independientemente del producto o servicio que le ofrezcamos. Así, tanto si hablamos de una empresa cárnica como si se trata de un negocio de transportes, la logística siempre estará en el punto de mira e inclinará la balanza hacia la aceptación o el rechazo por parte del destinatario final. Para todas aquellas compañías que notan que su apartado logístico está fallando, traemos algunos consejos con los que mejorar la cadena y aumentar su competitividad.
¿Qué debes cambiar para mejorar la competitividad de la empresa?
- Invierte en tecnología. Las herramientas que facilitan los procesos y la gestión de los mismos suelen ser la mejor de las recomendaciones. Al adquirir nueva maquinaria, mobiliario o flota de vehículos se ahorra mucho tiempo y esfuerzo. Pero esta renovación implica otros aspectos, como los sistemas de gestión de almacenes, de planificación de rutas de transporte, de gestión de equipos… Todos ellos son avances que facilitan el trabajo y permiten dejar bien unificada la organización, como por ejemplo el uso de vehículos conectados.
- Mejora los tiempos de distribución. Los retrasos, las pérdidas o la recepción de productos en mal estado son solo algunas de las quejas más comunes contra los servicios de distribución de las empresas. Si cuidas la entrega y todas sus características, habrás alcanzado la mitad de la satisfacción de tus clientes. Vigila los tiempos e intenta reducir los plazos estimados para el transporte.
- Analiza y controla la gestión del almacén. Tan importante es el control de los inventarios como la gestión de posibles excedentes o las previsiones de producción. Mejora el registro de los almacenes y de las provisiones para dar una respuesta apropiada sobre la disponibilidad de tus productos.
- Toma el mando de la planificación de los transportes. Representa una de las partidas más costosas para las empresas: una mala gestión de los transportes reduce la productividad y la competitividad de los negocios. Para mejorar este apartado de la logística, empieza por trazar una red de comunicaciones eficiente.
- Piensa en nuevos mercados. Aunque esta apertura internacional supone un riesgo, los beneficios que se pueden conseguir son importantes. Analiza bien todas las posibilidades y piensa que, si funciona, esta expansión también mejorará la competitividad de la empresa.
- Mide y estimula la satisfacción de los clientes. Ellos son el último eslabón de la cadena logística. Incentiva el ‘feedback’ con ellos a través de las diferentes vías de comunicación de la empresa y descubre en qué detalles sigue fallando la empresa.