La ITV ha sufrido dos grandes cambios este 2018, siendo el segundo (el del mes de septiembre) el que más afecta a los vehículos diésel. Te contamos por qué.
Las exigencias para superar la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) son cada vez más altas. En este 2018, dos fechas han marcado un antes y un después en la normativa de estos exámenes: el 20 de mayo y el 10 de septiembre. Sobre todo, para los vehículos diésel, que han visto cómo ha descendido la confianza de las autoridades y ha aumentado la confusión entre los usuarios. Las pruebas son cada vez más exhaustivas y excluyentes y, sobre todo, cierran el paso a cualquier tipo de “amaño” en los sistemas digitales de los coches. Analizamos y explicamos cuáles son las últimas novedades en las estaciones de la ITV para este tipo de vehículos para que puedas estar preparado ante un posible “suspenso”.
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¿Qué ha cambiado en la ITV de los diésel?
La normativa de la ITV para 2018 entró en vigor el 20 de mayo. Entonces, los principales cambios fueron: el endurecimiento en el control de emisiones, la vigilancia de los ordenadores de a bordo, una mayor atención a los neumáticos… Pero, una vez superado el verano y con la mayor parte de las estaciones provistas de los equipamientos necesarios, llegan más cambios. En este caso, específicos para los vehículos diésel.
Los más significativos son:
- Examen de la de centralita electrónica del vehículo. Un nuevo control que permite realizar una vigilancia más exhaustiva y eficaz de las emisiones. El principal objetivo de esta medida es frenar la manipulación de la válvula que redistribuye los gases. Solo el fabricante puede decir aumentar o disminuir la emisión de NOx y, accediendo al navegador de a bordo, los técnicos de la ITV pueden conocer el grado real de las emisiones de cada vehículo diésel. Manipular la válvula es razón suficiente para recibir un “suspenso”.
- Aumento del control sobre los sistemas de seguridad. Alumbrado, airbag, número de kilómetros… En este sentido, el acceso al sistema electrónico de los vehículos diésel también permitirá conocer las modificaciones en otros mecanismos como el kilometraje (en algunas ocasiones se manipula para poner a la venta un vehículo de segunda mano).
- Posible aumento del precio de la ITV para los vehículos diésel. Aún no se conoce la repercusión de estos cambios en el precio de la inspección técnica, pero algunos expertos aseguran que las mejoras instaladas en las estaciones tendrán una contrapartida en el precio. Además, la segunda revisión después de un “no apto”, ya no será gratuita y algunos fabricantes podrían cobrar por el acceso a los navegadores del vehículo (como ya ocurre en algunos talleres a la hora de hacer los controles de gases preinspección).
Desde la Dirección General de Tráfico (DGT) tranquilizan a los usuarios insistiendo en que esta novedad no tiene por qué significar un aumento de los exámenes “desfavorables”. Lo único que está en mano de los conductores, aseguran, es mantener su vehículo en perfectas condiciones.