Cómo llevar la carga en los días de lluvia

Transporte de mercancía con lluvia

Cuando la lluvia arrecia, la carretera se convierte en un peligro para los conductores. Estas son las recomendaciones para quien transporta cargas pesadas.

Las lluvias son un riesgo constante para la conducción en cualquier momento del año y sea cual sea la región de España por la que circulemos (en algunas más que en otras). Pero es cierto que la preocupación aumenta en las estaciones de mayor inestabilidad climatológica, sobre todo, en otoño e invierno. Es entonces cuando las precipitaciones se vuelven imprevisibles y se pueden prolongar en el tiempo durante semanas, complicando el tráfico y haciendo más difíciles las labores de los conductores profesionales.

Si formas parte de este gremio y vaticinas semanas complicadas en cuanto al transporte de grandes cargas por las carreteras españolas y europeas, estas son las precauciones y recomendaciones que debes seguir para garantizar tu seguridad, la de tu vehículo y la de todo aquello que lleves a remolque.

Recomendaciones para llevar cargas de manera segura en días de lluvia

Este mes de noviembre que estamos a punto de terminar ha batido récords en cuanto al volumen de precipitaciones. Como consecuencia, todos los conductores han tenido que extremar las precauciones en carretera para evitar accidentes o problemas de circulación. De todos ellos, los camioneros son los grandes perjudicados de estas condiciones climatológicas: [casi] nada evita su obligación de ponerse en marcha con toneladas de flete a su espalda.

Para todos ellos, elaboramos una lista de recomendaciones primordiales para transportar cargas en días de lluvia y llegar a destino con éxito y sin pérdidas:

  • Revisa el vehículo antes de salir. Este es uno de los consejos para la conducción en invierno más repetidos, tanto si te enfrentas a fuertes precipitaciones como si lo que te espera es frío y sus consiguientes heladas. Antes de ponerse en marcha, es importante comprobar que todo el sistema funciona correctamente: frenos, sistemas de alumbrado, retrovisores, motor, climatización, navegación a bordo, sistemas de conectividad, control de cargas… Todos estos “extras” del vehículo contribuyen a la seguridad de los conductores, pero solo funcionan al 100% de su capacidad si sus responsables los mantienen siempre al día.
  • Prevé cambios en la planificación de los viajes. Normalmente, los transportistas trabajan con unos tiempos muy ajustados con los que no pueden demorarse mucho en las entregas. De ahí que sea tan importante tanto una planificación como su riguroso cumplimiento. Pero además del horario, esa preparación anticipada también debe incluir la previsión meteorológica. Así, podrás ordenar tus horas al volante teniendo en cuenta posibles contratiempos. Por ejemplo, aprovecha para cumplir con tus descansos obligatorios de conductor profesional mientras cae una de esas grandes tormentas.
  • Protege la carga. Sea como sea el remolque en el que transportes los bultos, debes asegurarlo y protegerlo de manera adecuada. Además de la lluvia, que hace perder agarre a los neumáticos y estabilidad al vehículo, puede haber fuertes rachas de viento que desequilibran aún más todo el camión y complican la conducción.
  • Al volante: máxima precaución. Los pasos anteriores se realizan con el vehículo parado. Cuando ya estés en carretera y la lluvia se convierta en tu fiel compañero de viaje debes: aumentar la distancia con el resto de vehículos, encender las luces, evitar los frenazos y movimientos bruscos, sortear los charcos, acumulaciones de hojas o marcas viales en donde puede aguardar el temido aquaplaning y, sobre todo, conducir con los cinco sentidos activados.

Con estos pasos básicos, estarás preparado para lanzarte a la carretera en días de lluvia y no poner en riesgo ni la carga de tu vehículo ni tu propia seguridad.