Ventajas del leasing operativo para tu negocio

Leasing operativo

Los alquileres a medio y largo plazo suelen ser una de las alternativas preferidas por los empresarios a la hora de dotar al negocio con los mejores equipamientos. Sobre todo, en materia de vehículos comerciales con los que completar el parque móvil de la compañía. Ya hemos hablado de las ventajas que ofrece el renting a las pymes y emprendedores. Según el último informe del Observatorio del Vehículo de Empresa (CVO), el renting aún es la modalidad de alquiler más utilizada por las empresas españolas: un 37% de ellas lo eligen como opción de financiación. Pero existe otra forma menos conocida: el leasing operativo o financiero.

El leasing es una forma de arrendamiento que utilizan un 20% de las compañías nacionales y del que aún queda mucho por descubrir. Aunque en España la diferencia en las cifras entre uno y otro es notable, en Europa están prácticamente igualadas. Para que tomes posición y elijas con todos los pros y los contras sobre la mesa, te explicamos cómo funciona el leasing y qué ventajas puede aportar a tu negocio.

¿Qué es el concepto de leasing?

El leasing es, básicamente, un alquiler con opción a compra. El arrendador de los bienes muebles o inmuebles cede su uso al arrendatario a cambio de unas cuotas mensuales determinadas en el contrato. Una vez transcurrido el periodo acordado para el alquiler del bien, el arrendatario puede:

  • Devolverlo, como en cualquier otra operación de arrendamiento.
  • Prorrogar el alquiler. A partir de entonces, las cuotas serán más bajas.
  • Comprarlo por el valor residual, es decir, el precio de venta y los intereses, menos el dinero que ya abonado mediante las cuotas del alquiler.

Debemos distinguir dos modalidades: el leasing financiero, en el que el arrendatario es una entidad financiera, y el leasing operativo, donde son las empresas fabricantes, distribuidoras o importadoras las que se responsabilizan del alquiler.

Ventajas del leasing

    1. Permite financiar la inversión en un nuevo vehículo. Es decir, no exige un desembolso inicial inasumible sino todo lo contrario. La empresa puede utilizar el bien desde el primer momento, al tiempo que va pagando las cuotas y amortizando el gasto.
    2. Facilita las posibilidades de modernización de equipos informáticos, vehículos de empresa, etc.
    3. El arrendatario no es el propietario del bien, por lo que este no figura en el balance como parte de su deuda.
    4. Las cuotas son gastos deducibles.

Con toda esta información sobre el leasing, ya puedes decidir si es o no la opción de financiación que necesita tu negocio. Iveco, como empresa de renombre internacional, ofrece la posibilidad de formalizar un acuerdo de leasing para disfrutar de cualquiera de nuestros vehículos industriales. Ven a visitarnos a Iveco Madrid y nuestro equipo de profesionales te ayudará a tomar una decisión.

Tipos de leasing: operativo y financiero

Para entenderlo de manera general, el leasing operativo lo efectúan de forma directa las empresas fabricantes, importadoras y distribuidoras, mientras que el leasing financiero lo hace un intermediario que fácilmente puede ser una sociedad leasing, un banco o una compañía de financiamiento. Este intermediario adquiere un activo productivo previamente elegido por su cliente (el arrendatario) y se lo entrega a este para que lo utilice a cambio de una tasa. Hay varias diferencias entre ambos tipos que detallamos en el último apartado.

Además, según la naturaleza del bien arrendado existen dos modalidades: el leasing mobiliario y el inmobiliario. El primero contempla objetos como la maquinaria o cualquier bien de equipo y el segundo es el referido a locales o naves industriales. Las diferencias principales son que el plazo mínimo del leasing mobiliario son dos años y para el valor residual se utiliza el valor de una cuota, mientras que el plazo mínimo del leasing inmobiliario es de diez años y el valor residual utilizado es del 15%.

¿Cuál es la diferencia entre el leasing operativo y financiero?

Una de las diferencias más importantes entre ambos modelos es que en el leasing financiero el arrendatario asume las responsabilidades que derivan de la tenencia del bien (mantenimientos, averías, seguros, etc.) y las que se hayan acordado en el contrato. Sin embargo, en un leasing operativo es el arrendador quien asume las obligaciones de la propiedad. Un arrendamiento se convierte en leasing financiero cuando no hay duda de que se va a realizar la compra de la propiedad una vez finalice el período estipulado en el contrato. Si, por ejemplo, el arrendatario ha pagado ya el 90% del bien y además a dicho bien aún le queda más de la mitad de su vida útil, no existe prácticamente duda de que el arrendatario va a comprar esa propiedad.

La duración del contrato del leasing operativo suele ser como máximo de tres años mientras que el contrato del leasing financiero supera habitualmente ese período y además no admite revocación. El objetivo de ambos es muy diferente, ya que mientras la intención del leasing financiero es adquirir un bien con financiación ajena, el leasing operativo permite el acceso a equipos a bajo coste y sin preocuparse de gastos de mantenimiento para devolverlos y posiblemente alquilar otros más nuevos o actuales.